Se trata de una población de llano de considerable entidad y carácter predominantemente agrícola que ocupa el extremo más occidental del ámbito dombenitense. En su economía, de tradición secularmente campesina destaca la producción de vino, aceite y cereales.
Los antecedentes del asentamiento parecen remontarse a época prehistórica, contándose con testimonios que evidencian su existencia en las etapas romana, visigoda y árabe. Algunas fuentes la consignan ya en el siglo XIII bajo la denominación actual. En el XV los Reyes Católicos le otorgaron la consideración de "Leal", eximiéndola de la Orden de Santiago a la que pertenecía. Más tarde pasó a integrarse en el Condado de Medellín bajo el Señorío del Conde de Santisteban y finalmente, ya en el XVIII, en el Ducado de Medinacelli. En lo administrativo se hallaba incluida en la provincia de Trujillo, dependiendo en lo eclesiástico de la Diócesis de Plasencia.
En el aspecto demográfico fue siempre uno de los centros más significados del entorno, y en lo económico de los más prósperos. En el siglo XVI superaba los 2.000 habitantes y los 5.000 a mediados de la centuria pasada. Al comenzar la presente había alcanzado los 7.000 y en 1.930 presentaba 8.500. En la actualidad cuenta con 7.404.
En lo morfológico y en su naturaleza general, sin dejar de presentar importantes aspectos evolutivos que evidencian su transformación en época moderna. Guareña continúa distinguiéndose como un núcleo fundamentalmente campesino, resultando uno de los centros más representativos de la región en no pocos aspectos y testimonio particularmente expresivo de múltiples facetas de la personalidad secular más característica de Extremadura.
En el aspecto urbanístico el núcleo más antiguo se focaliza en torno a la iglesia parroquial y el Ayuntamiento, hitos que, según fórmula no habitual, aunque próximos, presiden plazas diferentes. En esa zona se sitúan calles pintorescas de nombres significativos, como Cuesta, Santa María, Derecha, Cuatro Esquinas, y hasta una llamada Castillejos, que parece indicar la existencia pretérita en ese ámbito de algún elemento fortificado del que hoy no se tiene constancia.
Parque de San Ginés
A partir de este foco inicial se ha desarrollado en dirección a levante, generando largas calles que tienden a desembocar en la carretera a Don Benito, en cuyo eje han surgido últimamente importantes instalaciones hosteleras y de otros servicios. Estos nuevos tejidos presentan estructura hipodámica regular. Tanto en ellos como en los antiguos, las edificaciones responden al tipo campesino.
Las casonas más distinguidas correspondientes a la hidalguía local ostentan potentes recercos de granito y blasones en las fachadas. También son numerosas en las áreas surgidas desde finales del XIX, las muestras de arquitectura modernista y eclecticista, con realizaciones de acusado interés.
Los antecedentes del asentamiento parecen remontarse a época prehistórica, contándose con testimonios que evidencian su existencia en las etapas romana, visigoda y árabe. Algunas fuentes la consignan ya en el siglo XIII bajo la denominación actual. En el XV los Reyes Católicos le otorgaron la consideración de "Leal", eximiéndola de la Orden de Santiago a la que pertenecía. Más tarde pasó a integrarse en el Condado de Medellín bajo el Señorío del Conde de Santisteban y finalmente, ya en el XVIII, en el Ducado de Medinacelli. En lo administrativo se hallaba incluida en la provincia de Trujillo, dependiendo en lo eclesiástico de la Diócesis de Plasencia.
En el aspecto demográfico fue siempre uno de los centros más significados del entorno, y en lo económico de los más prósperos. En el siglo XVI superaba los 2.000 habitantes y los 5.000 a mediados de la centuria pasada. Al comenzar la presente había alcanzado los 7.000 y en 1.930 presentaba 8.500. En la actualidad cuenta con 7.404.
En lo morfológico y en su naturaleza general, sin dejar de presentar importantes aspectos evolutivos que evidencian su transformación en época moderna. Guareña continúa distinguiéndose como un núcleo fundamentalmente campesino, resultando uno de los centros más representativos de la región en no pocos aspectos y testimonio particularmente expresivo de múltiples facetas de la personalidad secular más característica de Extremadura.
En el aspecto urbanístico el núcleo más antiguo se focaliza en torno a la iglesia parroquial y el Ayuntamiento, hitos que, según fórmula no habitual, aunque próximos, presiden plazas diferentes. En esa zona se sitúan calles pintorescas de nombres significativos, como Cuesta, Santa María, Derecha, Cuatro Esquinas, y hasta una llamada Castillejos, que parece indicar la existencia pretérita en ese ámbito de algún elemento fortificado del que hoy no se tiene constancia.
Parque de San Ginés
A partir de este foco inicial se ha desarrollado en dirección a levante, generando largas calles que tienden a desembocar en la carretera a Don Benito, en cuyo eje han surgido últimamente importantes instalaciones hosteleras y de otros servicios. Estos nuevos tejidos presentan estructura hipodámica regular. Tanto en ellos como en los antiguos, las edificaciones responden al tipo campesino.
Las casonas más distinguidas correspondientes a la hidalguía local ostentan potentes recercos de granito y blasones en las fachadas. También son numerosas en las áreas surgidas desde finales del XIX, las muestras de arquitectura modernista y eclecticista, con realizaciones de acusado interés.
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